La habitación en Cueva San Anton fue absolutamente encantadora. Me sentí como si estuviera en un cuento de hadas, rodeado de las hermosas rocas y la iluminación suave. Los niños estaban emocionados de dormir en una cueva, ¡una experiencia única!

La única cosa que no nos gustó tanto fue el baño con ducha, pero eso es solo una opinión personal.

La ubicación es perfecta, en pleno centro de un pueblo precioso. El patio es encantador para tomar el desayuno y relajarse. La habitación es muy bonita y está decorada con detalle, con un arco y una bañera estilo hamman.

El servicio dejó mucho que desear.

Tranquilidad de la zona, casita acogedora, hermoso paisaje, encanto del pueblo, amabilidad de los lugareños, bonito patio para desayunar.

Todo estupendo.

Me encantó dormir en una cueva muy íntima, decorada con mucho mimo y sin faltar ni un detalle. Me sentí como en casa. La habitación era preciosa, con un arco y una bañera que parecía de hammam. Además, la ubicación en el centro de este precioso pueblo le daba un encanto especial.

Me sentí como si me trataran como a una reina, no tengo ninguna queja.

La habitación era simplemente increíble! ¡La bañera parecía de hamman! Me sentí como en casa. El pueblo es precioso y la zona muy tranquila. ¡Compartí momentos inolvidables con gente amable y generosa!

Me he alojado en Cueva San Anton en Nijar durante unos días y ha sido una experiencia maravillosa. El ambiente tranquilo de la zona, la encantadora casita y el paisaje circundante han sido realmente agradables. Además, el pueblo tiene mucho encanto. La casa tiene un hermoso patio donde se puede disfrutar de un delicioso desayuno. A pesar de viajar sola, he tenido la oportunidad de conocer y compartir momentos con personas amables y generosas, incluyendo a Ruth, la dueña de la casa. Sin duda, espero volver a ver a todas estas personas estupendas en el futuro.

Lo recomiendo totalmente.

Nos encantó la experiencia de dormir en una cueva. era muy íntima y estaba decorada con mucho mimo. No faltaba ni un detalle. Nos sentimos como en casa. La habitación es preciosa con un arco y la bañera parece de hamman. Sin duda repetiríamos.

Me sentí muy a gusto, no me puedo quejar.

Siempre vuelvo a este hotel porque me siento bienvenido desde la primera vez que me alojé. El personal me ayudó a encontrar un coche y siempre tienen todo lo que necesito: Wi-Fi gratis, utensilios de cocina, TV de pantalla plana, área de comida al aire libre, y permiten mascotas. ¡Volveré para Navidad!

La habitación es preciosa con un arco y la bañera parece de hamman. Además, la tranquilidad de la zona y el encanto del pueblo fueron maravillosos. La ubicación en el centro de este pueblo precioso nos permitió disfrutar de todas sus atracciones. Además, el personal fue estupendo, amable y generoso, al igual que los lugareños con los que compartimos ratos agradables.

Honestamente puedo decir que no había nada que no me gustara.

Siempre vuelvo por la ubicación perfecta y el personal amable. La primera vez me ayudaron con taxis locales. ¡Ideal para mí! Wi-Fi gratis, utensilios de cocina, TV, comedor al aire libre, mascotas permitidas. ¡Volveré para Año Nuevo!

Además, la cueva estaba decorada con mucho mimo y atención al detalle, lo que la hacía muy acogedora. nos gustó mucho la ubicación del lugar, ya que estaba en el centro de un pueblo precioso, lo que nos permitió explorar fácilmente los alrededores. Por último, disfrutamos de la tranquilidad del entorno, lo que hizo que nuestro fin de semana fuera muy relajante.

Encontramos algunos aspectos negativos durante nuestra estancia. Las paredes de la cueva soltaban mucha cal, lo que daba una sensación de suciedad en el lugar.

Muy acogedor y tranquilo! La habitación era cómoda y el patio precioso para disfrutar el desayuno. Conocí a gente amable y generosa, incluida la dueña. Personas estupendas con las que espero volver a encontrarme pronto. 😊

Dormir en una cueva fue todo un lujo, ¡me sentí como una verdadera troglodita! La decoración de Ruth era exquisita y cada detalle estaba cuidado. La habitación era preciosa y la bañera parecía sacada de un hammam. ¡Sin duda, volvería a repetir esta experiencia!

Las paredes desprendían tanta cal que parecía que vivía en una cueva de verdad. Además, la cocina tenía solo dos mecheros que no funcionaban, así que tuve que utilizar un hornillo sucio.